Retórica

(el cómo)

La Retórica es el “arte” de la comunicación. Esta última parte del Trivium utiliza los dos aspectos anteriores para comunicar sobre aquellas cosas percibidas previamente. 

La Retórica culmina en la capacidad de comunicarse efectivamente con la Gramática y la Lógica, pero también puede tener un significado negativo, donde puede significar manipulación y engaño para simplemente “ganar” una discusión a través de artes lingüísticas astutas con el fin de convencer a alguien de algo sin tener mucho en cuenta la verdad del asunto.

Este arte maestro puede usarse para bien o para mal.

Etimología de la palabra Retórica

La palabra proviene del griego ῥητορική (retoriké), que significa “ciencia del discurso“. La retórica se originó en la antigua Grecia como una disciplina que estudiaba los principios y métodos para elaborar discursos eficaces, tanto orales como escritos, con el fin de convencer, conmover o deleitar al público.

La retórica tiene una gran importancia para la comunicación profesional, ya que permite transmitir ideas, argumentos y emociones de forma clara, coherente y atractiva. Además, ayuda a adaptar el mensaje al contexto, al propósito y al destinatario, teniendo en cuenta los aspectos éticos y estéticos del lenguaje. 

También favorece el desarrollo del pensamiento crítico y creativo, así como la capacidad de escuchar y dialogar con respeto.

Se compone de varias fases o partes que intervienen en la elaboración del discurso:

  • Inventio: es la fase donde se busca el contenido del discurso, seleccionando las ideas principales y los argumentos que las apoyan.
  • Dispositio: es la fase donde se organiza el discurso según una estructura lógica y ordenada. Se distinguen tres partes fundamentales: introducción (exordio), desarrollo (narratio) y conclusión (peroratio).
  • Elocutio: es la fase donde se elige la forma de expresar el discurso, empleando las palabras adecuadas, las figuras literarias y los recursos estilísticos que lo embellecen y lo hacen más persuasivo.
  • Memoria: es la fase donde se memoriza el discurso para poder exponerlo sin dificultades ni vacilaciones.
  • Actio: es la fase donde se declama o presenta el discurso ante el público, cuidando los aspectos no verbales como la voz, el gesto o la mirada.

La Retórica también clasifica los discursos según su género o finalidad:

  • Género judicial: es el que se emplea en los tribunales para defender o acusar a alguien. Su objetivo es demostrar lo justo o lo injusto de una acción pasada.
  • Género deliberativo: es el que se emplea en las asambleas políticas para aconsejar o disuadir sobre una acción futura. Su objetivo es persuadir sobre lo útil o lo perjudicial de una decisión.
  • Género epidíctico: es el que se emplea en las ceremonias públicas o privadas para alabar o censurar a alguien o algo. Su objetivo es conmover sobre lo bueno o lo malo de una persona o cosa presente.

En conclusión, la Retórica es una disciplina muy útil para mejorar nuestra comunicación profesional, ya que nos enseña a elaborar discursos claros, coherentes y convincentes, adaptados al contexto y al público al que nos dirigimos, de igual forma nos ayuda a expresarnos mejor y a lograr nuestros objetivos comunicativos con eficacia.